El Ayuntamiento de Sevilla ha comenzado ya a perfilar el dispositivo de seguridad para la próxima Semana Santa, en la que finalmente se mantendrá la ‘ley seca’ impuesta en 2018 por el anterior gobierno socialista, aunque con cierta flexibilización, y se incrementará la vigilancia en las zonas consideradas como más críticas para evitar las sillitas plegables y las personas en el suelo.
Así lo ha determinado el Consistorio tras la celebración este jueves de la Junta Local de Seguridad, en la que han participado también la Policía Local, Nacional y Autonómica y la Guardia Civil, así como la Subdelegación del Gobierno en Sevilla, que ha remarcado el «éxito» de las medidas adoptadas en años anteriores, lo que justifica su mantenimiento en gran parte.
El Ayuntamiento volverá este año a aplicar la conocida como ‘ley seca’ durante la Madrugada, de forma que los bares que decidan abrir esa noche en determinadas zonas no podrán vender alcohol. Una medida que se aplica desde 2018 -tras los incidentes del año anterior- y a la que siempre se opuso el primer edil y que, sin embargo, ha decidido mantener «siguiendo las indicaciones de los cuerpos y fuerzas de seguridad y en consenso con los hosteleros».
No obstante, los establecimientos que puedan abrir sus puertas y así decidan hacerlo podrán funcionar hasta las 2.00 horas, lo que supone media hora más que en 2023, cuando ya se amplió el horario de apertura en 30 minutos. Después, tendrán que permanecer cerrados hasta las 6.00 horas.
Además, también se incrementará «considerablemente» el número de calles donde podrán abrir los bares durante toda la noche para «servir desayunos y atender las necesidades del público».