- El presidente de la Asociación de Comerciantes de Sevilla considera que el problema se encuentra en la falta de «relevo generacional».
Uno a uno, Sevilla se despide de sus comercios más tradicionales. La última en sumarse a la lista de liquidaciones ha sido la emblemática tienda de disfraces Pichardo, que cierra sus puertas después de casi 75 años vistiendo para las fiestas a varias generaciones de sevillanos.
La idiosincrasia sevillana está cayendo al ritmo de las persianas de sus establecimientos. Las nuevas costumbres de consumo, unidas a los elevados precios de alquileres, están consiguiendo que los comercios «de toda la vida» hagan caja por última vez, provocando una «sangría en los locales de siempre«.
Así se ha expresado Tomás González, presidente de la Confederación Provincial de Comercio, Servicios y Autónomos de Sevilla, Aprocom, en declaraciones a EL ESPAÑOL. Su experiencia y su visión ponen el punto de mira en la falta de «relevo generacional«.
«El pequeño y mediano comercio tiene el gran hándicap del relevo generacional, una cuestión en la que las administraciones no terminan de dar con la tecla», sostiene González, que lamenta la falta de mecanismos eficaces para asegurar la continuidad de negocios que forman parte del alma de la ciudad.
«En el mundo anglosajón sí tienen referencia de este relevo, y consiguen que los establecimientos, patrimonio de las ciudades, cambien de dueño, pero permanezcan», explica, señalando que este tipo de transición requiere más apoyo institucional y una estrategia clara de conservación del comercio histórico.
Colaboración con el Ayuntamiento
«Lograr que una empresa mantenga su forma de trabajar, su producto y la imagen que transmite al consumidor requiere mucho esfuerzo. Para ello, la figura del técnico de comercio es fundamental. Sin embargo, las administraciones no siempre son conscientes de su importancia. Sería necesario que se implicaran en buscar a personas capacitadas para asumir estos negocios y darles continuidad», añade.
Desde Aprocom aseguran que ya existen algunas iniciativas en marcha. «Nosotros, en Sevilla, estamos en colaboración con el Ayuntamiento trabajando el tema de los establecimientos emblemáticos, que son patrimonio de las ciudades», señala González.
«No podemos catalogar el cierre de un proyecto que solo lleva 3 años abierto con otro que lleva 80 años. Lo que sí está claro es que en cualquier parte de Europa los empresarios locales están desapareciendo para dar paso a los grandes operadores«, concluye.
Comercios cerrados
La preocupación del sector no es infundada. Solo en febrero de 2024, el centro de Sevilla perdió dos de sus comercios más veteranos: Droguería Osario y Zapatería Nicolás, que bajaron sus persianas definitivamente.
En el caso de la zapatería, ubicada en la Avenida de la Constitución, se trataba de un negocio con más de 80 años de historia, ligado a una familia de zapateros que ejercía el oficio desde 1918. Aunque el cierre afectó al local principal, la marca continúa operando en otros dos puntos: uno en el propio centro y otro en Los Remedios.
Más definitivo fue el adiós de Droguería Osario, situada en Puerta Osario. Su propietaria, Refugio del Campo, reconoció en declaraciones a EL ESPAÑOL que el cierre no le dolió, pero sí le inquieta la transformación del casco histórico: «el Centro de Sevilla está lleno de tiendas de ropa barata«.
Otro caso reciente es el de Calzados Catedral, una zapatería infantil con 77 años de trayectoria, que también puso fin a su actividad. Y aunque el cierre de la juguetería Cuevas se remonta a 2019, su desaparición sigue resonando en la memoria colectiva: tras 65 años abiertos, el local era tan emblemático por su historia como por su diseño interior, que incluía columnas cerámicas obra de Emilio García Ortiz.
Más simbólica aún fue la clausura en 2024 de la histórica sastrería Derby, en la calle Albareda. Pese a ser un negocio de tercera generación, la falta de relevo llevó a su cierre definitivo. Sus responsables han optado por abrir un nuevo establecimiento en la calle Tetuán, más adaptado a las demandas actuales, aunque lejos del carácter tradicional del establecimiento original.
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